¡Qué ganas tenía de hacer esta entrada! Os
presento una de mis pasiones: rebuscar y encontrar objetos y muebles para
restaurar, reciclar o pintar. Y cuando digo rebuscar es en sentido literal.
Normalmente estamos acostumbrados a ir a
ferias de antigüedades, "vintage pop-up stores" y almonedas bien situadas en una
gran ciudad. Buscamos esa pieza maravillosa que acusa el paso del tiempo y
tiene un aire descuidado (y, por lo general, bastante elevado). Son sitios que
están genial, impolutos, con toda su mercancía a la vista, pero ellos mismos
beben de otro tipo diferente de establecimientos que son los que yo
adoro.
Reconozco que algunas de mis direcciones secretas no son aptas para mentes refinadas y escrupulosas. Yo prefiero encontrarme con el caos, con piezas que llevan tiradas mucho tiempo, a las que tienes que retirar la espesa telaraña que las recubre para poder vislumbrar un posible tesoro. Son piezas que me hablan.
Supongo que es algo a lo que estoy
acostumbrada. Aunque parezca que los restauradores somos gente muy fina porque
trabajamos con bienes culturales, las obras de arte también residen en cúpulas y
pechinas de iglesias, sitio que comparten con ingentes cantidades de polvo y excremento de todo tipo de animales. Con el tiempo te acostumbras y desarrollas la capacidad para ver más allá de las telarañas. Quizás por eso este tipo de sitios me parece un paraíso.

Entre mis adquisiciones de este verano: nueve cubiertos, dos baldosas hidráulicas con un dibujo original, dos candelabros para reciclar, y tres preciosas garrafas toscas e irregulares que, tras un proceso de cambio de imagen, han pasado a ocupar su sitio de honor en casa. En total 35 €. ¡Una gozada!

Entre mis adquisiciones de este verano: nueve cubiertos, dos baldosas hidráulicas con un dibujo original, dos candelabros para reciclar, y tres preciosas garrafas toscas e irregulares que, tras un proceso de cambio de imagen, han pasado a ocupar su sitio de honor en casa. En total 35 €. ¡Una gozada!
El anticuario está en la ctra. M-501, a la salida de Santa María del Valle del Tietar.
Y ésto es todo por hoy. Un apunte más para añadir a mi lista de direcciones mágicas. ¡Merece la pena!
Espero que os haya gustado.
ufff me apasiona. Yo no soy restauradora ni nada por el estilo pero, nada me da asco, jajja, el otro día en el mercado en Oviedo compré una lechera q estaba de desmayarse por 5 euros y unos cubiertos en otro puesto que daban miedo a las pulgas, hoy tienen una salud estupenda, jejej. gracias por traernos estos sitios, estas preciosidades y sobre todo por tener ese arte que tienes!!! Esas vasijas en Tapia las teníamos para ir a buscar agua al manantial, ufff tengo q rebuscar a ver si queda alguna!! bssss querida
ResponderEliminarSi yo te contara la de veces que he parado el coche y he cargado con trastos que después de evaluarlos he tenido que volver a tirar. Un día te mandaré fotos del taller donde voy todos los jueves y veras las joyas que tenemos ja, ja,
ResponderEliminarBesos
Ayyy Elena que lujo de sitio¡¡¡ Yo soy como tu, rebusco rebusco... me encanta darle a las cosas una segunda vida, y reconocer en cada muesca una vida pasada... El principal problema es que no se mucho de restauracion y el tiempo no me da para mas..... Lo apunto.
ResponderEliminarUn besito.
Virginia "sweet and sour"
En Holanda hay muchas tiendas de segunda mano, aunque no todas valen la pena, pero siempre se encuentra alguna cosilla a la que darle un segundo uso. Me encantaría echarle un vistazo a la que nos traes hoy :)
ResponderEliminarbesos
Elenaaaa!!! Pero si yo prefiero esos sitios! Me encantan las piezas que tienen historia y que soy yo quien les ayuda a contar esas historias!!! Yo vengo de un país en el cual es tendencia los "garage sales", "estate sales" y "flea markets" todos los fines de semana. Cuando encuentro estos sitios, me siento afortunada de contarme entre esas personas especiales que disfrutamos, entre otras cosas, del arte de la restauración!
ResponderEliminarMil gracias por la información y nos vemos el 18!!!!
Besss!
IDania
Creo que cuando vaya al mercadillo de "antiguedades" de Mojácar lo voy a ver con otros ojos. Gracias por el apunte.
ResponderEliminarBss
Elena
http://lacajitadenieveselena.blogspot.com.es/
¡Yo comparto el gusto y la afición! Cierto que aún no he hecho grandes descubrimientos en la materia, pero nunca pierdo las esperanzas. De lo que nos mostraste hoy, ele, no hay nada que no haya llamado mi atención, hasta el hogar/estufa a la leña de la sala ... ¿cuántos años tendrá ??? Creo que puedo morir de amor .... !! Ja-ja !!
ResponderEliminarBs.
Hola!
ResponderEliminarQuisiera tener esa habilidad para rebuscar entre el polvo, la suciedad y las telarañas..., pero debo reconocer que prefiero que me lo presenten medianamente bien aunque sea más caro... Ya sé que seguramente me pierdo cosas la mar de interesantes, pero no puedo evitarlo...
Besitos y gracias por mostrarnos uno de tus lugares secretos.
Cuando la gente me pregunta dónde compro las cosas que vendo yo siempre contesto: en lugares donde ninguna de mis clientas jamás pondría un pié! jajajaj Hay que revolver para encontrar!!!
ResponderEliminarSoy de las tuyas, Cósima: prefiero un "rebusco", una chamarilería, a una tienda de antigüedades porque, aparte del precio, puedes encontrar una pieza realmente única o que te permita muchas posibilidades de transformación.
ResponderEliminar¡Menudo cofre de los tesoros has encontrado y tus adquisiciones envidiables (tengo una de las baldosas hidráulica igual procedente de una casa abandonada.
Besos
super entraga!!! me encantan este tipo de sitios, y si son secretos más ;) besitos
ResponderEliminarMe encanta ir a este tipo de mercados/tiendas/almacenes. Encuentras verdaderas joyas que con un poco de mimo se vuelven increíblemente bellas.
ResponderEliminarFantástica entrada.
Besos!
Una historia en cada objeto que vemos. Muy interesante descubrir estos lugares e intentar recuperar objetos rústicos o abandonados.
ResponderEliminarMuy interesante.
Un saludo.