Hace exactamente cuatro años me sobrevino una necesidad vital de hacer una caja que estallara y se abriera.
Hasta entonces, mis arranques creativos se habían apaciguado pintando m2 de paredes o realizando bocetos. Nunca antes me había pasado algo así. Esta vez no lograba quitarme de la cabeza la idea de la caja.
Desde un principio, para mí era necesario plasmar el concepto de algo que estallaba y se rompía, y no podía hacerlo con cualquier material. Probé con papel, tela y cerámica, pero siempre terminaba tocando todas las superficies metálicas que encontraba a mi paso. Sabía que lo único que podría sustentar mi idea era el hierro, así que finalmente rechacé cualquier solución alternativa.
También quiero agradecer a la gente que me soportó durante el tiempo que tardé en el proceso de oxidación, donde no había un cm. de mi cuerpo que no acusara el color naranja de los productos químicos utilizados. Gracias a todos los que nunca os atrevisteis a decirme la pinta infame que tenía durante ese verano.
Ahora ya puedo decir que estoy muy orgullosa porque una de mis piezas cuelga en una pared de alguien que sabe apreciarla, y no podía esperar mejor destino que ese.
Mientras tanto, hasta que acabe esta crisis económica que nos acompaña desde hace demasiado tiempo, el resto de piezas dormirá en un lugar seguro hasta que puedan ver la luz como se merecen.
Me has dejado de piedra!!! eres toda un ARTISTA!!!!
ResponderEliminarMe suenan visualmente... Preciosas obras de arte, Cósima.
ResponderEliminarBegoÑa