Este año he decidido ser consecuente con la crisis económica. Ese término parece ajeno a todos los que no lo sufren, pero yo he decidido hacer un ejercicio de solidaridad en estado puro.
En lugar de comprar la típica caja de con dibujos y puertecitas que se abren al compás del paso de los días, he decidido hacer un calendario mas personalizado y más barato.
Con un trozo de cinta de rafia color arena y unas bolsas de plástico, se me ocurrió hacer el típico calendario de adviento, con un toque casero.
Las pinzas rojas numeradas las compré en Tigger, una tienda fetiche en Madrid, que merecerá una entrada individual.
Metí los bombones y chocolatinas comprados en Makro en las bolsas pequeñas de plástico y, después de recortarles la parte del cierre, las sujeté a la cuerda con las pinzas.
Se que si hiciera cuentas entre lo que me gasté con los bombones y chocolatinas que compré en Makro y lo que hubiera pagado por la preciosa caja que ví en Ikea, la diferencia no sería muy acusada.
La verdad es que creo que mi iniciativa personal tiene mas que ver con demostrarme a mí misma que, pase lo que pase, siempre tendré recursos creativos para adornar la cruda realidad.
Esto sí que me gustaaaa! No se si saldrá igual de precio, pero el entretenimiento con los niños lo tienes asegurado! Gracias
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